domingo, 31 de marzo de 2013

Saludo de Pascua



¡Aleluya!
¡Alegrémonos, regocijémonos, Y démosle gloria,
porque han llegado,las Bodas del Cordero!  Ap.19,7


Muy amados amigos y amigas del Blog,
En esta Pascua de Resurrección,  dejémonos sorprender por el Señor de la Vida.
Que nuestros corazones sigan ardiendo con Cristo, en el  cotidiano  partir (com-partir) el Pan de la vida con nuestros y nuestras hermanos.


sábado, 30 de marzo de 2013

SÁBADO SANTO

MATER DOLOROSA




                                                    
Junto a la Cruz de Jesús estaba su Madre. Jn 19, 25 
 Jesús muerto es bajado de la cruz y depositado en brazos de su Madre. No podía faltar al lado de su Hijo, como siempre, y ahora lo abraza, lo adora, lo besa, lo acaricia: ¡Mater Dolorosa!

 María entra en la noche oscura del alma. Contempla a Jesús maltratado y muerto; sufre. La Virgen es maestra en fortaleza y piensa en su corazón: ¡ustedes, todos los que pasan por este camino miren y vean si hay dolor semejante al dolor de mi corazón!

      Ella es la primera que supo y quiso participar en el misterio de la salvación. Ella está en el Calvario y allí engendra a toda la Humanidad. Allí se convierte en Madre de todos los creyentes. Esta es la Hora, este es el momento en que María ocupa su papel en la obra redentora de Jesús. 
Aquí hay mucho olor a Madre,  se palpa, se goza…
      
 El Viernes Santo, el primero de la historia,  María, la Madre del Crucificado está de pie junto a la Cruz, agarrada a la Cruz. Contempla la obra de su Hijo, el Salvador del mundo.  Stabat Mater Dolorosa. No grita, pero llora. Está donde debe estar una Madre.

Que ella nos enseñe a descargarnos de nuestros miedos, de nuestras dudas y de nuestras defensas,
 y a caminar hacia la luz, por muy espesa que sea
 la noche.

 Desde que Jesús comulgó con lo más doloroso de nuestra realidad ─ con nuestra muerte ─, en toda realidad podemos comulgar con Él y con su Vida.





    

viernes, 29 de marzo de 2013

TU MUERTE ES VIDA



Nuestra Vida es tu muerte gloriosa.

 

Brazos rígidos y yertos,por dos garfios traspasados,que aquí estáis por mis pecados,para recibir abiertos, para esperarme clavados.

 








De sangre los pies cubiertos,
llagadas de amor las manos,
los ojos al mundo muertos
y los dos brazos abiertos
para todos amis hermanos





Jesucristo nos ama y nos ha lavado con su sangre, de nuestros pecados.



( liturgia de las Horas del Viernes Santo)

jueves, 28 de marzo de 2013

TRIDUO PASCUAL



JUEVES SANTO

La Misa Crismal marca el comienzo del Triduo Pascual, centro y culmen del Año Litúrgico, y se celebra el Jueves Santo, día en que se conmemora la institución por Jesucristo, de los sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal, durante la Última Cena.
El papa Francisco abrió el Triduo Pascual, el primero de su pontificado, con la Misa Crismal, en cuya homilía dijo que el sacerdote no puede ser un gestor, tiene que salir a la “periferia”, donde hay sufrimiento, sangre derramada, “ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones”. Dijo que el sacerdote que sale poco de sí, que unge poco a sus fieles “se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral”.

 “El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor ‘ya tienen su paga’, y puesto que no ponen en juego la propia piel, ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón”, denunció.
Recemos y ayudemos  a nuestros obispos y sacerdotes en su misión de salir de sí  para ir a la periferia.
En la Misa de la Cena del Señor, se nos revela el Amor del Señor, quien antes de partir se nos dió en alimento; nos entregó su propio Cuerpo.





También nosotros somos  pueblo sacerdotal, vayamos hacia aquellos y aquellas que sufren y se sienten sin esperanza; apliquémosles el aroma de la misericordia desde nuestro corazón fuerte y compasivo. No temamos manifestar esa ternura que Jesús no ha mostrado.

Fuente: EFE

sábado, 23 de marzo de 2013

SEMANA SANTA

MORIR Y RESUCITAR

TODAS LAS ESPERANZAS DE LA HUMANIDAD, ENCUENTRAN RESPUESTA EN CRISTO CRUCIFICADO Y RESUCITADO.

LA SEMANA SANTA NOS RENUEVA LA INVITACIÓN A CONTEMPLAR Y VIVIR LOS MISTERIOS DE NUESTRA REDENCIÓN ACERCÁNDONOS Y DESCUBRIENDO A CRISTO EN NUESTROS HERMANOS Y HERMANAS CRUCIFICADOS, POR EL HAMBRE, LA ANGUSTIA, EL ABANDONO, LA EXPLOTACIÓN.

UNOS GRIEGOS LE DIJERON A FELIPE: "QUEREMOS VER A JESÚS" (JN, 12, 21 ss). 
HOY COMO AYER, QUEREMOS VER Y ESCUCHAR A JESÚS QUIEN NOS DICE: SI EL GRANO DE TRIGO QUE CAE EN TIERRA NO MUERE, QUEDA INFECUNDO, PERO SI MUERE DARÁ FRUTO ABUNDANTE".

¿CUÁLES MUERTES? 

-MORIR A LA INDIFERENCIA ANTE MI PRÓJIMO, CUALESQUIERAN SEAN SU ROSTRO, SU HISTORIA, SU COLOR, SUS SERVICIOS...
-MORIR A LA APATÍA ANTE  DIOS;  YA NO MEDITO NI ORO.


"QUIEN APRECIA SU VIDA TERRENA, LA PERDERÁ, 
EN CAMBIO QUIEN SEPA
DESPRENDERSE DE ELLA, 
LA CONSERVARÁ PARA LA VIDA ETERNA.




¿QUÉ SIENTO  ANTE ESTA INVITACIÓN DE JESÚS?




miércoles, 20 de marzo de 2013

CUSTODIAR CON BONDAD



MÁS QUE PALABRAS



En su primera homilía como pontífice, Francisco nos mostró la semejanza entre  la labor de “custodio” que Dios le asignó a San José, con la labor que tenemos todos los cristianos, hombres y mujeres de buena voluntad de ser ‘custodios’ de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente. “No dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro… Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida.


"Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen”. “Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación”. 


Nos dijo: “el verdadero poder es el servicio” y el Papa debe “abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños…”


Nos exhortó a mostrar afecto y ternura y a no tener miedo de hacerlo.


Terminó  pidiéndoles a los fieles que orasen por él.