miércoles, 26 de noviembre de 2014

INRI

    
             Jesús el Nazareno, el rey de los judíos (Jn 19,19). 
    
"Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin" (Ap 22,13)



El mesías, reina desde la Cruz, invirtiendo el orden del poder; su señorío, su reino es humildad, servicio, entrega total a los demás con derramamiento de sangre; sus brazos extendidos abrazan a la humanidad, al universo entero, ya que por Él fueron creadas TODAS LAS COSAS, y en Él todas subsisten.

Su reinado es pastoreo y a todas las ovejas las sube a la cruz que es su trono, árbol de sabiduría de donde mana abundante el agua que da vida plena; su sangre que blanquea los pecados.


Este reino es pura Misericordia derramada en el cosmos por el viento del Espíritu.


 En este Reino todo converge hacia la Meta, Misterio de Dios hecho manifiesto en su Resurrección.





sábado, 15 de noviembre de 2014

VIVIMOS EN ESTE GRAN UNIVERSO



"Somos el medio 

utilizado 

por el  Cosmos para 

conocerse a sí mismo"

                         Carl Sagan  

En los archivos de nuestra memoria resuenan las reminiscencias del origen de nuestro cosmos. En ella se guardan las vibraciones energéticas oriundas de las inimaginables explosiones de las grandes estrellas rojas, de las cuales vinieron las supernovas y los conglomerados de galaxias, cada cual con sus miles de millones de estrellas y de planetas y asteroides. En ella se encuentran también resonancias del calor generado por la destrucción de galaxias devorándose unas a otras, del fuego originario de las estrellas y de los planetas a su alrededor, de la incandescencia de la Tierra, del fragor de los líquidos que cayeron durante 100 millones de años sobre nuestro planeta hasta enfriarlo (era hadeana), de la exuberancia de las selvas ancestrales, reminiscencias de la voracidad de los dinosaurios que reinaron, soberanos, durante 135 millones de años, de la agresividad de nuestros antepasados en su afán por sobrevivir, del entusiasmo por el fuego que ilumina y cocina, de la alegría por el primer símbolo creado y por la primera palabra pronunciada, reminiscencias de la suavidad de las brisas leves, de las mañanas diáfanas, del precipicio de las montañas cubiertas de nieve, y por fin, recuerdos de las interdependencias entre todos los seres, creando la comunidad de los vivientes, del encuentro con el otro, capaz de ternura, entrega y amor y, finalmente, del éxtasis del descubrimiento del misterio del mundo que todos llaman por mil nombres y nosotros llamamos Dios. Todo eso está sepultado en algún rincón de nuestra psique y en el código genético de cada célula de nuestro cuerpo, porque somos tan antiguos como el universo.


DIOS nos ha colocado en el útero común de donde vienen todas las cosas, como coronación del edificio cósmico. Y somos hijos e hijas de la Tierra. Más aún, somos aquella parte de la Tierra que anda y danza, que tiembla de emoción y piensa, que quiere y ama, que se extasía y       venera el Misterio. 

Adaptado de Leonardo Boff, "En  nosotros están todas las memorias del universo", KOINONÍA, 2014.