jueves, 21 de mayo de 2015

PENTECOSTÉS, ¡QUÉ FUERZA!

                       LA EFUSIÓN DEL ESPÍRITU


Jesús había dicho a sus discípulos que no los dejaría huérfanos y que les enviaría el Espíritu de verdad quien les enseñaría y los haría comprender lo que Él les había revelado.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles, (2,1ss) San Lucas nos describe a los apóstoles, discípulos y discípulas con María,  orando en una casa el día de Pentecostés. De pronto el Espíritu se apodera de todos, se desata un viento fuerte, huracanado, que producía mucho ruido, un fuego se posa sobre ellos, y se produce un temblor de tierra. Toda imagen se hace pequeña comparada con la acción transformadora que  realizará el Espíritu.  El cambio que se opera en este grupo insignificante, con apóstoles llenos de miedo, es asombroso. Nadie esperaba algo de ellos y de pronto sus lenguas se destraban y con poder y audacia proclaman a Jesús muerto y resucitado que vive en la gloria del Padre.Ha llegado el Espíritu de Dios, y todo renace y se transfigura.La gente escucha el anuncio del reino en su propia lengua. Nace la Iglesia y el día de Pentecostés se manifiesta públicamente. La gente se convierte, se crean nuevas comunidades de hombres y mujeres que se aman como hermanos, que distribuyen sus bienes para que nadie padezca necesidad; permanecen unidos por una misma fe, un solo bautismo, un mismo Dios y Señor.

Espíritu de Cristo,con tu aliento divino dejaremos nuestras cobardías y llenos de libertad y gozo, anunciaremos que el amor derrota el pecado, y que tu vida vence a la muerte.



miércoles, 13 de mayo de 2015

NO LOS DEJARÉ HUÉRFANOS


“ Después de hablar con ellos, fue llevado al cielo..." Mc 16,20: 


 La escena tiene lugar en el monte de los Olivos cuarenta días después de la resurrección donde Jesús se aparece allí por última vez a sus discípulos y les confía su gran misión: Han de ser testigos suyos, predicando la buena nueva de Dios por todo el mundo. El Espíritu Santo les otorgará fuerza para cumplir su cometido.

Jesucristo "Subió al cielo".
Es un artículo de fe que profesamos en el credo. Se incluye, además, en los misterios del rosario, y se encuentra en la anamnesis o memorial de la misa.

Nos deja una misión.
“Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad”, Mc16,19  
El desafío es llegar a toda la creación, a todo lo creado, ya que el Evangelio tiene el poder de transformar todas las cosas.
El pecado del hombre ha alterado las cosas creadas, ha actuado contra la Creación perfecta y buena del Padre, pero ahora la Buena Noticia lo afecta todo positivamente,  transformando no sólo al hombre o a la mujer, sino al universo completo, el cual se ve renovado por la resurrección y la elevación de Cristo  al señorío universal. La exaltación de Cristo, que comenzó el día de pascua, se hizo definitiva y totalmente manifiesta el día de la ascensión. Es la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado. Nuestra misión es hacerla presente con palabras y testimonio.
Sabemos que,
-      - el cielo es el mismo Dios y no un lugar,
-     - estar sentado a la derecha de Dios indica el señorío de Cristo sobre todas la creación.
     - subir, ser elevado, se entiende con las palabras de Jesús: Salí del Padre y he venido al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre. Jn 16,28: 






Ascensión de Cristo a los cielos.

                                                                                    Pacino di Bonaguida - Italian, Florence, 1340?

                                                                                                      Iluninación´ manusc. 80a 

















viernes, 1 de mayo de 2015

José un hombre como pocos.

Jesús fue llamado "hijo de José".

A San José,  Dios le encomendó la inmensa responsabilidad y privilegio de ser esposo de la Virgen María, padre adoptivo de Jesús y custodio de la Sagrada Familia. (Juan 1,45; 6,42; Lucas 4,22).
José fue para Él un verdadero padre; lo acompañó en el embarazo de María, lo vio nacer, lo crió junto a su esposa, le enseñó los primeros pasos, la Escritura, el amor de familia humana, lo inició en el Culto a Dios en la Sinagoga y en el templo de Jerusalén, y le enseñó a trabajar.

Los hombres por lo general se casaban muy jóvenes y San José tendría quizás de 18 a 20 años de edad cuando se desposó con María. Era un joven justo, casto, honesto, humilde; fue un "escogido" de Dios, para discernir lo que Dios le pedía con respecto a María y Jesús.
Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las únicas fuentes seguras por ser parte de la Revelación. 

Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un "tekton", (carpintero) y la tradición ha aceptado esta interpretación.

José ocupa un lugar fundamental en la memoria de nuestra salvación

                      Petición:
San José, enséñanos a discernir y realizar el proyecto de vida que Dios tiene sobre cada uno/a de nosotros/as, con la fidelidad y fortaleza que lo hiciste tu.