sábado, 1 de abril de 2017

NUESTRO SILENCIO

La disciplina del silencio nos alcanza el sosiego, la quietud, el recogimiento, y nos hace mas reflexivos, mas humanos. 


Hacer "Silencio" en nuestra mente, cuerpo y corazón nos lleva a pacificarnos y no sólo con nosotros mismos sino también con "otros" en la verdad y la autenticidad. 
El silencio del que hablamos es  un silencio orante querido y buscado en tiempos y espacios propios, como ayuda para escuchar desde dentro.., en lo interior: 

1ª- Lo que dice mi conciencia profunda de mí mismo.

En la introspección recojo señales de como estoy, quien soy, como vivo mis opciones, mi autonomía y libertad y si voy por el camino que me conduce por la senda que me llama a caminar.

2ª- En el silencio de la oración, puedo escudriñar quienes son para mi los otros, identificándolos necesitados de misericordia para no juzgarlos.

3ª- El silencio es el territorio del Espìritu, de la oración íntima y del encuentro con Dios. El soplo del Espìritu es como el viento que pasa...como un susurro o un huracàn. No lo dejemos ir. ¡Captémoslo! Estemos vigilantes ya que Él es quien nos enseña la verdad.

4ª- En el silencio y la paz, en la contemplación de la naturaleza descubriré con gozo y asombro la diversidad de lo creado.


En el silencio podremos adentrarnos en un universo  rico y fascinante que nos va develando identidades: la nuestra,  la de otras personas y  la de los seres de la creación...