martes, 18 de diciembre de 2018

YA VIENE EL SEÑOR

PURIFICAR LA MEMORIA, LA ESPERANZA, LA VIGILANCIA


EL PAPA Francisco NOS HABLA SOBRE 

las tres dimensiones del tiempo de Adviento: pasado, futuro y presente 

La primera, el pasado, es la "purificación de la memoria”. Recordar que “ha nacido el Señor, el Redentor que vino para salvarnos”.



En este sentido, advirtió del peligro de “mundanizar la Navidad”. “Sí, tenemos la fiesta…”, y está el peligro de que “la fiesta impida la contemplación del Nacimiento y se convierta en una fiesta mundana” en vez de “una fiesta de familia con Jesús en el centro”.



“Porque el Señor regresará. Y volverá a preguntarnos: ‘¿Cómo ha ido tu vida?’. Será un encuentro personal con el Señor. Hoy lo tenemos en la Eucaristía y no podemos tener un encuentro así, personal, como en la Navidad de hace 2000 años: tenemos la memoria de aquello. Pero cuando Él regrese, tendremos ese encuentro personal”. Por lo tanto: “Hay que purificar la esperanza”.




Por último, el Pontífice exhortó a cultivar la dimensión cotidiana de la fe, la fe en el día a día, eclipsada por las muchas preocupaciones de la vida sin recordar que Dios es “el Dios de las sorpresas”.


La tercera dimensión del Adviento, la dimensión del presente, “es la del día a día”. Consiste en “purificar la vigilancia. Vigilancia y oración son dos palabras para el Adviento, porque el Señor vino en la historia a Belén, y vendrá, en el fin del mundo y en el fin de la vida de cada uno de nosotros”.




El presente: el Señor “también viene cada día, en cada momento, a nuestros corazones, por medio de la inspiración del Espíritu Santo”.