Stéphane Hessel nos invita a indignarnos. ¡Indígnense!
¿Está Usted indignado o indignada? Yo sí.
El autor nos dice que miremos por todas partes, a nuestro alrededor, en nuestro país, en el mundo, etc., y que veamos qué es lo que nos indigna, nos revuelve: ¿Las injusticias, lo feo, la cultura de la inmediatez, el reclamo de los derechos sin cumplir los deberes, el atropello a la dignidad de las personas, la explotación sexual y laboral de los niños, la desigualdad en la educación, la ecología no respetada, los abusos sexuales al interior de la Iglesia…?
Escoja Ud, algo que lo indigne. Queremos solucionar ese problema y buscaremos los medios para hacerlo.
Lo primero será reconocer la rabia que sentimos y echarla fuera, porque bajo la presión de emociones negativas, poco podremos lograr. Segundo echaremos la rabia fuera sin perjudicar ni molestar a los demás. Tercero, una vez lograda la calma buscaremos estrategias de colaboración para sanar la injusticia, comenzando quizás por un granito de arena o sumándonos a otras iniciativas.
Mahatma Gandhi y Luther King nos enseñaron el valor y el éxito de la No Violencia o Violencia Pacífica. Jesucristo nos enseña la resistencia y el combate, con Amor, en una lucha que parte en la propia persona contra sus violencias internas. Si a veces no podemos cambiar las situaciones a causa de nuestros impedimentos físicos u otros, la puerta del Corazón de Dios está siempre abierta para nuestra oración. Él nos dice Pidan y recibirán. Creamos en la fuerza de esta palabra que nos ayudara a cambiar el mundo.
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