lunes, 12 de marzo de 2012


CUARESMA II

Soy templo de Dios ya que Él habita en mí. ¿He orado esta maravillosa realidad?
Este tiempo me invita a entrar en mi espacio sagrado, donde el Espíritu me habla en un lenguaje propio, trascendente. Abrir los oídos para escucharle es un don que he recibido desde mi creación en el seno materno y más y mejor en el bautismo. Navegar en estos mares profundos, recibir este concierto santo es un don y una respuesta, movimiento que
proviene de la Trinidad.
Esta audición es música, es sinfonía, son palabras infables que van tranformando el ser a la ima gen del Hijo, hasta que mi templo se haga uno con el Templo de Cristo. El Cuerpo de Cristo es el Templo total, toda la humanidad, el cosmos, el Universo, ya que todas las cosas fueron creadas por Él y para Él.

Pidámosle al Señor purifique nuestro Templo, que haga salir nuestras mezquindades y basuras, de modo que el Corazón del templo, el Amor, sea visible y se haga patente en las gentes que acudan al templo de nuestro ser.

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