Tú eres Amor y me habitas, me vas transformando en misionero/a del amor.
Tú eres Consuelo en la aflicción, en la angustia, en el dolor. ¡Cuán suave es tu bálsamo que se derrama como aceite sanador!
Me unges y me consagras al servicio de los pequeñitos del mundo.
Eres Fuerza, Energía, ayuda en el abatimiento,en la inercia.. la pereza. Me levantas cuando caigo frente al enemigo.
Eres Soplo, Aliento; continuamente me das vida.
Eres Agua purificadora donde me sumerges para hacerme renacer.
ESPÍRITU SANTO ¡VEN!
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