ARCÁNGELES, SERES LIBRES
Veréis el cielo
abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre
Leer
Jn 1,47-51.
Los ángeles están en la gloria celestial, donde alaban
perennemente al Hijo del hombre, que es el Hijo de Dios. Lo rodean y están a su
servicio.
Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos, la presencia activa de sus ángeles y la relación que con Él tienen.
Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos, la presencia activa de sus ángeles y la relación que con Él tienen.
Gabriel, Miguel y Rafael, aparecen
en la Biblia como presentes en las vicisitudes terrenas y llevando a los hombres
—como nos dice san Gregorio el Grande— las comunicaciones, mediante su
presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se
llaman, precisamente, “arcángeles”, es decir, príncipes de los ángeles, porque
son enviados para las más grandes misiones.
GABRIEL fue enviado para anunciar a María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de nuestra redención (cf. Lc 1).
MIGUEL, lucha
contra los ángeles rebeldes y los expulsa del cielo (cf. Ap 12). Nos anuncia,
así, el misterio de la justicia divina, que también se ejerció en sus ángeles
cuando se rebelaron, y nos da la seguridad de su victoria y la nuestra sobre el
mal.
RAFAEL acompaña a Tobías “junior”, lo defiende y lo aconseja y cura
finalmente al padre Tobit (cf. Tob). Por esta vía, nos anuncia la presencia de
los ángeles junto a cada uno de nosotros: el ángel que llamamos de la Guarda.
Tomado
del comentario
de Jn 1, 47-51 ,del Cardenal
Jorge MEJÍA.
Se los representa como seres alados, porque son prontos en cumplir la voz de sus mandatos.
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