ANTES LLORABA, AHORA, DE ALEGRÍA
VA CORRIENDO
VA CORRIENDO
¿DE DONDE PARTIÓ? ¿A DÓNDE FUE?
SU CORRER ES PREMURA, CORRE TEMPRANO, DE MADRUGADA, AGUIJONEADA POR UN MENSAJE, IMPULSADA POR UNA VOZ.
VIENE DE UN JARDÍN O UNA HUERTA, DONDE ENCONTRÓ AL AMADO, AL RESUCITADO, SU SEÑOR.
EL CORAZÓN LE LATE FUERTE, MÁS POR EL SORPRENDENTE GOZO QUE POR LA AGITACIÓN DE SU ANDAR VELOZ.
MAGDALENA HA VISTO AL SEÑOR, LO HA OÍDO, ÉL LA HA LLAMADO POR SU NOMBRE Y ELLA LO HA TOCADO, ASEGURÁNDOSE DE QUE ESTÁ VIVO Y QUE NO ES UNA ILUSIÓN.
EL AMOR DE ESTA MUJER GUARDA EN POZO DE AROMAS EXQUISITOS SUS PALABRAS; SUS PIES HAN RECORRIDO LOS SENDEROS DEL MAESTRO, Y POR ESO SE INFLAMA SU ESPERANZA. Y TIENE LA CERCANÍA DE LA CRUZ, DEL DOLOR.
ÉL LE DICE: "VOY A MI PADRE Y A VUESTRO PADRE, A MI DIOS Y A VUESTRO DIOS".
MAGDALENA RECIBE ESTA REVELACIÓN CON INFINITO TACTO Y AMASA CON ESTAS PALABRAS SU VOCACIÓN: IR CORRIENDO EL CAMINO POR EL RESUCITADO AL PADRE.
ES SUFICIENTE EL BREVE Y ESENCIAL COLOQUIO; AL DIÁLOGO ÍNTIMO LE SUCEDE EL ENVÍO: ¡ANDA, DÍ A MIS HERMANOS...!
Y MAGDALENA CORRE A DECIR A LOS DISCÍPULOS ¡HE VISTO AL SEÑOR!
SU PROCLAMA SIGUE CORRIENDO:
"HE VISTO AL SEÑOR"
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