Un hombre apasionado por la evangelización, un apóstol que no tuvo otro
proyecto, sino propagar la buena noticia del Evangelio.¡Un Santo! Quiso en momentos muy
difíciles, estamos hablando del siglo XVII en Francia, formar a los sacerdotes para que ellos
prendieran el fuego que Jesucristo vino a traer a la tierra y quería que
ardiera. Funda una comunidad, la “Congregación de Jesús y María”
específicamente para dirigir seminarios, dirigir casas de formación de
sacerdotes.
También funda la Orden Nuestra Señora de la Caridad, para religiosas que, llenas de celo divino lleguen a las mujeres más sufridas, con compasión y ternura.
Se preguntaba:
¿a quiénes no estamos llegando? ¿A quiénes no hemos
llegado? ¿Cómo podemos llegar?: formando, formando personas y ampliando el celo por anunciar el Reino de Dios.
Si esa pregunta permanece viva en la Iglesia, -la
Iglesia será siempre Iglesia misionera, Iglesia generosa, Iglesia fraterna,
Iglesia de los pobres, Iglesia orante-, ¡qué gran pregunta para nosotros hoy!
¿A quién no estamos llegando?
San Juan Eudes, inspírame tu celo, tu pasión por la
evangelización para ir allí donde otros no han llegado.
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