HACERME PRÓXIMO
¿La casa del lado? ¿Cuál?
¿La casa del lado? ¿Cuál?
No
sé ustedes, pero yo crecí en un barrio donde conocía el nombre de todas las personas
de todas las familias del pasaje donde vivía y, además, conocía los nombres de mucha
gente de otras calles. Hoy traté de pensar
en mi barrio actual y, a duras penas, llegue a juntar 10 nombres de mis vecinos
y vecinas; me di cuenta que hay bastante gente a la que saludo y me saluda
amablemente y no sé cómo se llama, y también me di cuenta que hay otros cuyos
rostros ni siquiera recuerdo.
Me
dio mucha pena ese cambio y empecé a pensar entre otras cosas en que me he cerrado a
los demás tanto que no conozco ni sus nombres.
¿Cómo vivo la justicia, la misericordia, la solidaridad si
ni siquiera conozco al que vive al lado? Y me acordé de que Dios lleva escrito
mi nombre y el de todos nosotros en la palma de su mano, pero muchos de nosotros –pareciera- que llevamos
las manos limpiecitas, sin nombres.
El Buen Pastor conoce mi nombre
porque conoce el nombre de cada una de las ovejas de su rebaño, y me doy
cuenta que para fortalecer el rebaño cada una de sus ovejas (nosotros/as) estamos llamadas a
conocer a las demás por su nombre.
Cuando
me aprenda el nombre de mis vecinos, cuando sepa como lo pasan, cuantas personas
viven, aman y sufren en la casa del lado; mi barrio y mi comunidad dejarán de
ser lugares de desconfianza y empezare a construir la justicia y la
fraternidad desde lo pequeño. Porque nos conoceremos. Yo, a lo menos, quiero
comenzar a aprenderme esos nombres. Ustedes ¿Se animan a empezar A HACERSE PRÓXIMOS?
Adaptación del Articulo de Maria Ines Lopez, "Quien vive en la Casa del lado"- ver BLOG CEBP
Adaptación del Articulo de Maria Ines Lopez, "Quien vive en la Casa del lado"- ver BLOG CEBP
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