CRISTO VINO (nacimiento),
VIENE (hoy),
y VENDRÁ (Parusía)
Espera de la Vuelta del Señor
La Iglesia ora por un Adviento pleno y definitivo, por una venida de Cristo para todos los pueblos de la tierra que todavía no han conocido al Mesías o no lo reconocen aún al único Salvador.
La espera de la vuelta del Señor, nos lleva a reflexionar sobre la relación entre el tiempo presente, tiempo de la Iglesia y del Reino de Cristo, y el futuro (éschaton = cosas últimas)) que nos espera, cuando Cristo entregará el Reino al Padre (1 Cor. 15,24). Todo discurso cristiano sobre las realidades últimas, llamado escatología, parte siempre del acontecimiento de la resurrección.
En este acontecimiento las realidades últimas ya han empezado y, en un cierto sentido, ya están presentes.
La humanidad y el mundo no son todavía lo que llegarán a ser, según la promesa incluida en la Resurrección. La Parusía (estar presente o llegar), más que ser una segunda venida de Cristo al mundo, será una ida del mundo y de los hombres a la forma de existencia gloriosa de Cristo resucitado. Las representaciones espaciales de la venida en poder, con todo el aparato cósmico que las acompaña, son un ropaje simbólico, y por consiguiente no autorizan a concebir la Parusía como un movimiento local o temporal.
La salvación definitiva del mundo debe venir de Cristo con su definitiva presencia escatológica, cuando su cuerpo místico haya alcanzado la plenitud, la consumación con la incorporación de todos los que lo han reconocido por su Señor.
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