“El pecado más grande de hoy es que los hombres han perdido el sentido del pecado”.
La palabra ‘pecado’, hoy día, no es aceptada por muchos, porque presupone una visión religiosa del mundo y del hombre. "Si se elimina a Dios del horizonte del mundo, no se puede hablar de pecado, como cuando se esconde el sol, desaparecen las sombras; la sombra surge sólo cuando existe el sol; de este modo, el eclipse de Dios implica necesariamente el eclipse del pecado” (Benedicto XVI). Cuando se pierde el sentido del pecado, se pierde también “el sentido del Reino de Dios” y en su lugar emerge “una visión antropológica súper potente”, la del “yo lo puedo todo”.
La mentalidad
del mundo materialista y hedonista se nos filtra, casi sin darnos cuenta, y va
cambiando poco a poco nuestra jerarquía de valores.
Cuando disminuye la
presencia de Dios entre los hombres, “se pierde el sentido del pecado” y así
puede suceder que le hagamos pagar a otros el precio de nuestra “mediocridad
cristiana”.
Cada
día, dice el Papa Francisco, al rezar el “Padrenuestro”, le pedimos a Dios “Venga a nosotros tu
Reino…”, es decir “crezca Tu Reino” en nosotros.
Nos hará bien rezar hoy por nosotros, para que el Señor nos dé siempre la gracia de no perder el sentido del pecado, para que el Reino no disminuya en nosotros.
Adaptación de catequesis de los Papas Benedicto XVI
y Francisco.
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