martes, 7 de octubre de 2014


INTELIGENCIA ESPIRITUAL

 "Nosotros...no cesamos de orar por ustedes, y de pedir que sean llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual".Colosenses 1,9 
                                            
Entre las muchas formas de inteligencia  que hoy se han estudiado, destacamos tres en particular: la inteligencia intelectual, la inteligencia emocional y la inteligencia espiritual. Todas ellas basadas en serias investigaciones científicas.

Por medio de la inteligencia intelectual organizamos nuestros pensamientos, articulamos los diversos saberes, en especial el lenguaje y estrategias de la acción. Está ligada a la dimensión del cerebro llamada neocortex.  No tiene más de siete u ocho millones años, pero se desarrolló completamente con la aparición del homo sapiens sapiens hace unos cien mil años. Pero la inteligencia intelectual sola no da cuenta de la vida humana.

Existe en nosotros la inteligencia emocional,  relacionada con el cerebro límbico que surgió hace más de 130 millones de años cuando en la evolución aparecieron los mamíferos. Estos llevan la cría dentro de sí y, una vez nacida, la rodean de amor y cariño. Surgió entonces en el universo conocido algo absolutamente nuevo: la emoción, el afecto, el sentimiento, la pasión, el amor y también sus contrarios.  Las capas más profundas y decisivas de nuestra vida tienen esta historia antigua. Somos ante todo seres de emoción y de sentimiento. Algunos filósofos* la llaman también «razón cordial, o sensible».  La inteligencia emocional es el nicho de los valores, de la ética, del amor, y lo que da sentido a nuestras vidas.
Finalmente existe en nosotros la inteligencia espiritual. Durante los últimos veinte años se ha hecho un descubrimiento sorprendente: cada vez que una persona se ocupa existencialmente con visiones globales de las cosas, con el sentido de la vida, con lo sagrado y con Dios, en su lóbulo frontal se da una aceleración inusitada de las neuronas.** Los científicos,  han dado a esta experiencia el nombre de «punto Dios» en el cerebro. Se trata de una ventaja evolutiva de los seres humanos: un órgano interno a través del cual capta el Todo ligado por un Eslabón sagrado que unifica todo. Así como tenemos órganos externos, ojos, nariz, oídos, etc. mediante los cuales captamos el mundo material, tenemos un órgano interno mediante el cual captamos este Eslabón, considerado como la Realidad Suprema que sostiene todo. Podemos llamarlo con mil nombres ya que Dios es más que el «punto Dios». Esta dimensión está en cada persona y constituye la base biológica de la inteligencia espiritual. Se manifiesta por más sensibilidad frente al otro, más amor, más compasión, más respeto y más devoción.  Si activamos el «punto Dios» nos humanizamos a nosotros mismos y nos espiritualizamos. El fruto es una profunda paz y serenidad y la sensación de estar dentro de un todo más grande que nos acoge y la presencia de Dios en nuestro interior.
¡Qué gozo!¿no?

*     Meffesoli, Cortina, Scheler, Muniz Sodré, Duarte Jr. 
**     Danah Zohar,  Ian Marshall, "Inteligencia espiritual",2000. 


Adaptación de artículo de Leonardo Boff en Koinonía.

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