UN JOVEN RICO
Recordemos el Evangelio del hombre rico que se arrodilla ante Jesús para
preguntarle que podía hacer para heredar la vida eterna. Este hombre, destaca el Papa Francisco, “era un hombre
bueno, “pero esto no era suficiente para él, quería algo más; el Espíritu
Santo lo impulsaba”. Jesús lo miró con amor y le hizo la propuesta: Vende tus bienes y ven conmigo a predicar el Evangelio”. Pero al escuchar estas palabras “se le oscureció el rostro y se fue entristecido”, porque poseía muchos bienes”. “ E hizo su elección: el dinero. El corazón lleno de dinero… Era un hombre bueno que nunca había robado, ¡nunca! ¡Nunca había engañado! Era dinero honrado. Pero su corazón estaba prisionero allí, estaba ligado al dinero y no tenía la libertad para elegir. El dinero eligió por él”.
Recen a Dios por las vocaciones, para que mande sacerdotes y religiosas con el corazón sólo para Él, libres de la idolatría de la vanidad, del poder y del dinero.
“Debemos rezar para que el corazón de estos jóvenes pueda vaciarse, vaciarse de otros intereses, de otros amores, para que el corazón se libere".
‘Señor, mándanos, mándanos religiosas, mándanos sacerdotes, defiéndeles de la idolatría, de la idolatría de la vanidad, de la idolatría de la soberbia, de la idolatría del poder, de la idolatría del dinero’.
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