PURIFICAR LA MEMORIA, LA ESPERANZA, LA VIGILANCIA

EL PAPA Francisco NOS HABLA SOBRE
las tres dimensiones del tiempo de Adviento: pasado, futuro y presente
La primera, el pasado, es la "purificación de la memoria”. Recordar que “ha nacido el Señor, el Redentor que vino para salvarnos”.
En este sentido, advirtió del peligro de “mundanizar la Navidad”. “Sí, tenemos la fiesta…”, y está el peligro de que “la fiesta impida la contemplación del Nacimiento y se convierta en una fiesta mundana” en vez de “una fiesta de familia con Jesús en el centro”.

Por último, el Pontífice exhortó a cultivar la dimensión cotidiana de la fe, la fe en el día a día, eclipsada por las muchas preocupaciones de la vida sin recordar que Dios es “el Dios de las sorpresas”.
La tercera dimensión del Adviento, la dimensión del presente, “es la del día a día”. Consiste en “purificar la vigilancia. Vigilancia y oración son dos palabras para el Adviento, porque el Señor vino en la historia a Belén, y vendrá, en el fin del mundo y en el fin de la vida de cada uno de nosotros”.
El presente: el Señor “también viene cada día, en cada momento, a nuestros corazones, por medio de la inspiración del Espíritu Santo”.