Que
estas palabras resuenen
en nuestros corazones
“Únicamente donde se ve a Dios, comienza realmente la vida.
Sólo cuando encontramos en Cristo al Dios vivo,
conocemos lo que es la vida.
No somos el producto casual y sin sentido de la evolución.
Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios
Cada uno de nosotros, es querido,
cada uno es amado,
cada uno es necesario.
Nada hay más hermoso
que haber sido alcanzados,
sorprendidos,
por el Evangelio de Cristo.
Nada más bello que conocerle
y comunicar a los otros
la amistad con Él.”
Homilía del 24 de abril de 2005
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