miércoles, 15 de febrero de 2012

VACACIÓN



ALGO NUEVO

La palabra “vacaciones” deriva del latín vacans, participio del verbo vacare: estar libre, desocupado, vacante. Significa un tiempo de vaciamiento y suspensión de las actividades normales, comunes, repetidas, realizadas día a día. Podemos hablar simplemente de corte. Corte de algo conocido, repetido e inauguración de algo diferente. Lo diferente no implica necesariamente salir de la casa para ir a otro pueblo, ciudad o estado. Lo diferente implica que algo distinto y desconocido se propone allí haciendo diferencia con lo anterior y conocido.

Lo importante de la vacación, es cómo vive cada persona lo nuevo y como se aleja de la cotidianeidad.

¿Cuáles serán mis cortes o rupturas?

Hemos visto en la playa quienes con su computadora o su teléfono celular continúan vinculados a los lugares comunes de trabajo o rutinas conocidas. En fin, algo diferente se plantea en vacaciones. No todo es puro placer ya que conviven sutiles sensaciones que dan cuenta de que un vacío se produjo y algo nuevo adviene. Dar lugar a lo nuevo, superar la cuestión del vacío que produce el corte con lo rutinario tiene efectos saludables en el psiquismo pues moviliza novedades, creatividad, energías nuevas o renovadas. Y es un buen momento para reflexionar y proyectar.

¿Tiempos para la reflexión? Lectura, oración…artesanía, paseos

El espacio de corte con lo rutinario permite balancear lo realizado y lo futuro. El tiempo de vacaciones, cuando es posible generar algo novedoso, que hace diferencia con lo conocido, es ciertamente una situación saludable en sí misma.

Reflexionando sobre el conocido pasaje del evangelio donde Marta está ocupada trabajando para proporcionar hospitalidad, y María está sentada a los pies del Señor, el Santo Padre Benedicto XVI nos recuerda que, mientras el trabajo y las tareas de la vida cotidiana son necesarias, y siempre están presentes, María ha elegido la mejor parte porque ella se centra en lo que en definitiva es más importante y lo que durará para siempre, nuestra relación con Dios.

Las vacaciones, son realmente un momento ideal para reflexionar sobre la palabra de Dios y la presencia de Dios en nuestras vidas. Esta temporada, lejos del ajetreo y distracciones de la vida cotidiana, se convierte en un momento perfecto—como la de María en el evangelio—de sentarse a los pies del Señor y renovarse en nuestra fe y nuestro amor por el Señor, y los hermanos. Esta es “la mejor parte”.

El Papa nos dice,

Queridos amigos:, esta página del Evangelio es especialmente adecuada al tiempo de vacaciones, pues recuerda el hecho de que la persona humana debe trabajar, sí; empeñarse en las ocupaciones domésticas y profesionales; pero ante todo tiene necesidad de Dios, que es luz interior de amor y de verdad. Sin amor, hasta las actividades más importantes pierden valor y no dan alegría. Sin un significado profundo, toda nuestra acción se reduce a activismo estéril y desordenado. Y ¿quién nos da el amor y la verdad sino Jesucristo? Por eso aprendamos, hermanos, a ayudarnos los unos a los otros, a colaborar, pero antes aún a elegir juntos la parte mejor, que es y será siempre nuestro mayor bien.