domingo, 22 de abril de 2012

PASCUA DE RESURRECCIÓN


PASCUA
     ¡Cristo resucitó!

Continuamos viviendo la Pascua de la mano de Pablo, el apasionado por comulgar con todo lo que sea de Jesús su Señor: comulgar con su resurrección, comulgar con sus padecimientos, comulgar con el conocimiento de su Evangelio… Para Pablo todo lo que lo aleje de estar en comunión con Jesús es “basura”, pérdida, y todo lo que lo ponga en comunión con Jesús es ganancia, aunque sean sufrimientos y problemas.
Juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo (…) y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos (…). Por eso una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante (Fil 3, 13-17).
Del sepulcro ya vacío brota la Vida que vence las fuerzas de la muerte que acechan a la existencia humana.
 Sólo tú, oh Cristo, tienes la vida inmortal que proviene del Padre celestial. Y hoy la ofreces de nuevo a todos y a cada uno.
         
 En ti, Señor resucitado, el Padre ha amado al hombre, ha amado a toda la humanidad. La Iglesia, peregrina por la tierra, consciente de su misión de manifestar al mundo el rostro de la misericordia de Dios, clama hacia ti en nombre de todos los hombres angustiados

¡Tú, oh Cristo, nuestra esperanza, verdaderamente has resucitado.
Concédenos, oh Rey glorioso, la vida plena y definitiva.
Abre ante nosotros la puerta de la esperanza que no defrauda.!
       


ABRIL 2012.