miércoles, 31 de enero de 2018

SÓLO EL AMOR puede evolucionar el cosmos hacia la plenitud en Cristo

Despertemos a una nueva consciencia 
de la presencia universal de Cristo en nuestras vidas,

El proceso de madurez en “estar –con-Cristo” es algo que se descubre en el crecimiento propio de la persona humana. 
Ser plenamente humano según Teilhard de Chardin es dejar  lo que es “meramente humano” y volver a la vida silvestre. Nos llama a dejar las ciudades y encontrar los lugares selváticos desconocidos, volver a la materia, encontrarnos donde el alma es más profunda y donde la materia es más densa; sentir la plenitud de nuestros poderes de actuar y adorar sin esfuerzos, dentro de nuestro ser más hondo (Teilhard de Chardin 1960, 115). 
Siglos antes de Teilhard, el teólogo franciscano Buenaventura escribió: 

“Existes más verdaderamente donde amas y no donde solamente vives, porque estás transformado en la imagen de lo que amas por el poder del mismo amor” (Hayes 1999, 140). Ambos se dieron cuenta que el amor es la fuente y la meta del universo. Amamos para evolucionar, para profundizar nuestra humanidad, uniéndonos uno/a con el otro/a y con las criaturas de la Tierra. Según Teilhard, solamente el amor puede evolucionar el cosmos hacia la plenitud en Cristo. Pero, si fracasamos en percibir nuestra vocación de construir la Tierra – a adorar el Cristo vivo – entonces vamos a sufrir las consecuencias, como decía Buenaventura:
Luego, el que con tantos esplendores de las cosas creadas no se ilustra, está ciego: el que con tantos clamores no se despierta, está sordo; el que por todos estos efectos no alaba a Dios, ése está mudo; el que con tantos indicios no advierte el primer Principio, ese tal es necio. Abre, pues, los ojos, acerca los oídos espirituales. Despliega los labios y aplica tu corazón para en todas las cosas ver, oír, alabar, amar y reverenciar, ensalzar y honrar a tu Dios, no sea que todo el mundo se levante contra ti. (San Buenaventura, Itinerario de la mente a Dios)





 Parrafos de Viviendo en la Creación como Cuerpo de Cristo –   Ilia Delio


jueves, 25 de enero de 2018

YO Y NOSOTROS.





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CAPACIDAD DE CREAR COMUNIDAD 



La Universidad,  tiene el desafío de generar nuevas dinámicas al interno de su propio claustro, que superen toda fragmentación del saber y estimulen a una verdadera universitas.
De ahí, el  elemento tan importante para esta casa de estudios: la capacidad de avanzar en comunidad.

La comunidad está desafiada a no quedarse aislada de los modos de conocer; así como tampoco a construir conocimiento al margen de los destinatarios de los mismos. Es necesario que la adquisición de conocimiento sepa generar una interacción entre el aula y la sabiduría de los pueblos que conforman esta bendecida tierra. Una sabiduría cargada de intuiciones, de «olfato», que no se puede obviar a la hora de pensar Chile. Así se producirá esa sinergia tan enriquecedora entre rigor científico e intuición popular. 

La estrecha interacción entre ambos impide el divorcio entre la razón y la acción, entre el pensar y el sentir, entre el conocer y el vivir, entre la profesión y el servicio. El conocimiento siempre debe sentirse al servicio de la vida y confrontarse con ella para poder seguir progresando.

De ahí que la comunidad educativa no puede reducirse a aulas y bibliotecas, sino que debe avanzar continuamente a la participación. Tal diálogo sólo se puede realizar desde una episteme (CONOCIMIENTO EN CERTEZA Y VERDAD)  capaz de asumir una lógica plural, es decir, que asuma la interdisciplinariedad e interdependencia del saber. «En este sentido, es indispensable prestar atención a los pueblos originarios con sus tradiciones culturales. No son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios»[1].

La comunidad educativa guarda en sí un sinfín de posibilidades y potencialidades cuando se deja enriquecer e interpelar por todos los actores que configuran el hecho educativo. Esto exige un mayor esfuerzo en la calidad y en la integración, pues el servicio universitario ha de apuntar siempre a ser de calidad y de excelencia, puestas al servicio de la convivencia nacional. 

Podríamos decir que la Universidad se vuelve un laboratorio para el futuro del país, ya que logra incorporar en su seno la vida y el caminar del pueblo superando toda lógica antagónica y elitista del saber.

Cuenta una antigua tradición cabalística que el origen del mal se encuentra en la escisión producida por el ser humano al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. De esta forma, el conocimiento adquirió un primado sobre la creación, sometiéndola a sus esquemas y deseos[2]. La tentación latente en todo ámbito académico será la de reducir la Creación a unos esquemas interpretativos, privándola del Misterio propio que ha movido a generaciones enteras a buscar lo justo, bueno, bello y verdadero. Y cuando el profesor, por su sapiencialidad, se convierte en «maestro», entonces sí es capaz de despertar la capacidad de asombro en nuestros estudiantes. ¡Asombro ante un mundo y un universo a descubrir.
Resultado de imagen para Creando comunidad                   Párrafos del Papa Francisco en su Mensaje en la U,C. de Chile.

[1] Carta enc. Laudato Si’, 47.
[2] Cf. Gershom Scholem, La mystique juive, París (1985), 86.



lunes, 15 de enero de 2018

FRASES DEL PAPA FRANCISCO.

                                                                reflexionemos












¿QUÉ OPINAS..REZAS POR LA GENTE CORRUPTA PARA QUE SE CONVIERTAN?

lunes, 1 de enero de 2018

AMOR GRATUITO HASTA QUE DUELAN LAS ENTRAÑAS

El pesebre nos invita a dejar la lógica de las excepciones para unos y las exclusiones para otros. 

Dios viene Él mismo a romper la cadena del privilegio que siempre genera exclusión, para inaugurar la caricia de la compasión que genera la inclusión, que hace brillar en cada persona la dignidad para la que fue creado. Un niño en pañales nos muestra el poder de Dios interpelante como don, como oferta, como fermento y oportunidad para crear una cultura del encuentro.
Sabemos que desde varios lados somos tentados para vivir en esta lógica del privilegio que nos aparta-apartando, que nos excluye-excluyendo, que nos encierra-encerrando los sueños y la vida de tantos hermanos nuestros.
Hoy frente al niño Jesús queremos admitir la necesidad de que el Señor nos ilumine, porque no son pocas las veces que parecemos miopes o quedamos presos de una actitud altamente integracionista de quien quiere hacer entrar por la fuerza a otros en sus propios esquemas. Necesitamos de esa luz que nos haga aprender de nuestros propios errores e intentos a fin de mejorar y superarnos; de esa luz que nace de la humilde y valiente conciencia del que se anima, una y otra vez, a levantarse para volver a empezar. Papa Francisco 2017.