martes, 12 de junio de 2012

Voz y grito de mujer El Espíritu II







  EL ESPÍRITU DE DIOS,
  El que ESCUCHA y  GIME.



  • Escucha al Padre y al Hijo con quienes mantiene un diálogo íntimo en la comunidad de Los TRES. Esta escucha es todo amor receptivo y dativo.
  • Escucha a la humanidad, en sus pueblos, en sus individuos.
  • Escucha al Planeta Tierra que se estremece con dolores de parto.
Esta escucha no se queda ahí sin más, sino que se convierte en gemidos inenarrables que suenan en nuestras conciencias para despertarnos de nuestros letargos y hacernos vibrar de amor. Es Pedagogo divino que se empeña en llevarnos a la verdad completa.

El gime y une sus voces a la de tantas mujeres sufrientes y nos susurra las cifras de la desigualdad.

A 103 años del día que fueron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York , luchando por sus reivindicaciones laborales y a 100 años de haberse decretado el 8 de marzo como el día internacional de la mujer, la desigualdad y la inequidad se mantienen.

 EL ESPÍRITU gime, como grito de mujer 

La mayoría de los 1.500 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día, son mujeres. En todo el mundo, las mujeres ganan como promedio cerca de la mitad de lo que ganan los hombres. Las mujeres de menores recursos deben trabajar desde muy jóvenes, son las que más hijos tienen, las que menos ganan y las que más tarde se retiran del mercado laboral.

El 70% de la pobreza la padecen mujeres, aunque aportan las dos terceras partes del trabajo en el mundo y apenas ingresan el 10% de los sueldos. Las mujeres que viven en la pobreza a menudo se ven privadas del acceso a recursos de importancia crítica, como los préstamos, la tierra y la herencia.
1.000 millones de personas son analfabetas, de los cuales 670 millones, son mujeres.

Entre el 15% y el 50% de las mujeres han sufrido abuso físico en su ámbito familiar. Cada año, al menos 2 millones de niñas entre 5 y 10 años son vendidas y compradas en el mundo como esclavas sexuales. La trata de mujeres de países pobres a los países más ricos aumenta cada vez más con la creciente globalización económica.  Las redes del tráfico de personas pueden reclutar y transportar a las mujeres de manera legal o ilegal a “la esclavitud” para la prostitución forzada, la explotación laboral  y la servidumbre doméstica. 
Se estima que 5.000 niñas fueron asesinadas en 2009 en nombre de la honra. Cada dos horas, una mujer es apuñalada, apedreada, estrangulada o quemada viva para “salvar” el honor de la familia. Cada 7 minutos, sufre golpes o maltrato físico y psicológico por parte de su pareja. En el mundo, 135 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital. La cifra se incrementa en dos millones cada año (AI).



En el mundo hay más mujeres que hombres infectadas de sida (PNUD 2009). En África Subsahariana, por ejemplo, las mujeres representan el 57% de los adultos infectados por el VIH (Fondo de la Población de Naciones Unidas 2009).


     El Espíritu me está susurrando la verdad 
      ¿Cómo la siente mi corazón ? 
¿
  ¿No me estará preguntando como a Caín: Dónde está tu hermana? ¿Que has hecho o haces con y por ella: niña, adolescente, joven, adulta, anciana?..en la familia, salas cunas....lugares de trabajo; esposa, pareja,  madre, trabajadora..


   El Espíritu me conduce 
  a contemplar a  Jesús

"La práctica de Jesús fue decisiva para significar  la dignidad de la mujer y su valor indiscutible. Habló con ellas (cf.Jn.4, 27); tuvo misericordia (cf. Lc.7,36-50), las curó (cf.Mc.5,25-34) y reivindicó su dignidad (Cf.Jn.8, 1-11), las eligió como primeras testigos de su Resurrección. Incorporó mujeres al grupo de personas que le eran más cercanas (Cf. Lc. 8,1-3);  (DA 451). * Jesús las escogió, las acogió, las amó, curó sus heridas físicas y morales, las trató con respeto y dignidad. Su trato fue afable, cariñoso y digno. Las hizo “visibles”, en una sociedad donde la mujer estaba destinada a vivir en un estado de inferioridad y sumisión a los varones.

Con el Espíritu de Dios,
 proclamo este salmo a la mujer:

Dios no había concluido el universo,  
 y en el sexto día Dios la creó; la creó Mujer.
Y dijo Dios: 
te daré un corazón compasivo;
un espíritu libre para volar junto a los pájaros;
un cuerpo, para que ofrezcas vida a este mundo.
Te daré sabiduría, para conocer grandes verdades;
fuerzas para mover montañas.
Te daré delicadeza para besar la tierra; pasión para incendiar el mundo;
Visión para respetar la tierra que te formó.
Te daré naturaleza alegre para bailar con los niños;
sonrisas para llenar los valles; lágrimas  para lavar el dolor.
Te daré manos para trabajar y amar;
intuición para conocer lo desconocido;
deseos de ser aquello para lo cual fuiste creada.
Y Dios dijo:  ¡Mujer yo te creé a mi imagen y semejanza! 


El Espíritu se goza con la re-creación de cada mujer en el corazón de las personas de hoy.

                                                 Tomado de " Camino de emprendimiento. Congregación del Buen Pastor".
 

*  DA: Documento de Aparecida (V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, 2007)

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