miércoles, 26 de diciembre de 2012

VINO A NOSOTROS




Un estremecimiento de fe en Navidad

 “Muchos siglos después de la creación del mundo...
Trece siglos después de la salida de Egipto...
En la 195ª Olimpiada,
en el año 752 de la fundación de Roma...
En el cuadragésimo segundo año del imperio de César Augusto,
Jesucristo,  Dios eterno e Hijo del eterno Padre, siendo concebido por obra del  Espíritu Santo, transcurridos nueve meses, nace en Belén de Judá de la  Virgen María, hecho hombre”.

 El estremecimiento de Navidad es el  estremecimiento de fe. Esta es la suprema “teofanía” de Dios, la más  alta “manifestación de lo Sagrado”. Descubramos en esta fiesta su carácter de “misterio  tremendo”, de “misterio fascinante” que nos lleva a la adoración. 

Hagamos lo que nos enseñó a hacer María: ¡arrodillarse, adorar y callar... y dejarnos transformar!






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