miércoles, 18 de diciembre de 2013

HILDEGARDA, PATRONA DE LA MEDICINA NATURAL


  UNA MUJER ADELANTADA A SU ÉPOCA

Alrededor del año 1155 escribe sus obras médicas:  Physica  y el libro Causae et Curae, en las cuales aborda multiplicidad de temas médicos a partir del estudio de los elementos de la Naturaleza, del funcionamiento del cuerpo humano y formas más adecuadas de alimentarlo, enfermedades tanto físicas como psíquicas así como sintomatología y tratamientos.

El libro de medicina simple, “la Física”, describe en nueve libros la utilidad para el hombre de las cosas creadas más comunes: las plantas, los elementos, los árboles, las piedras, los peces, los pájaros, los animales terrestres, los reptiles y  los metales. La otra mitad, el libro  Causae et Curae, más breve, es un tratado originalísimo de medicina y fisiología que comienza con la Creación, el hombre y su dependencia del cosmos, y que describen el funcionamiento del cuerpo, regulado por secrecciones internas cuyo desequilibrio provoca las diferentes enfermedades y sus remedios.

En sus obras teológicas, Hildegarda compara muchas veces los proceso del alma a los del cuerpo, o los procesos del cuerpo a los fenómenos cósmicos, geológicos, astronómicos y meteorológicos, desde puntos de vista muy originales y con frecuencia sugestivos.
Respecto de la Medicina propuso un concepto holístico del arte de curar, entendiendo al ser humano como una integración de cuerpo, mente y espíritu.

Para Santa Hildegarda la curación depende de recuperar la amistad con Dios, pues solo Él puede dar la vida plena, la salvación y la salud. Al exponer remedios, la Física dice "sanará", "mejorará" o "se curará si Dios quiere" porque a veces la curación de un enfermo podría perjudicar la salvación de su alma. El dolor es menos traumático para quien goza de buena salud espiritual que para el que sufre sin ella. Al preguntarse ¿qué quiere decirme Dios con esta enfermedad?  el creyente reflexiona sobre su vida y afronta con menos angustia la enfermedad, porque sabe que Dios la permite y que todo sucede para nuestro bien. 



Elabora una tipología femenina apoyada en los cuatro temperamentos clásicos, diferenciándola de la masculina sobre la base de las características sexuales de cada uno. Da gran importancia al amor y añade el análisis de la condición social y de la educación de la mujer.

En años posteriores redacta su libro sobre los principios de psicoterapia Liber Vitae Meritorum, en el cual describe con singular maestría las estrategias psicoterapéuticas para el abordaje en especial de las hoy llamadas enfermedades psicosomáticas.

Su enciclopedia médica contiene más de dos mil remedios y sugerencias.
Para Hildegarda la enfermedad forma parte de la vida como manifestación de la ruptura producida por el pecado original. La caracteriza poéticamente como “carencia y sequedad, como ausencia de lo verde, de lo que es sano y de la salvación”. El verde es sinónimo de salud tanto física como mental.
Asocia a la enfermedad con la maldad, entendiéndola como la productora de la maldad, producto de un desarreglo interior, un quiebre de la belleza y la armonía interiores que constituyen la salud del hombre.
La imagen del hombre sano que después enferma se correlaciona con una visión teológica de la creación y de la caída del hombre (Adán y el hombre pecan y deben ser redimidos, curados). Desde esta caída la enfermedad y la muerte acosan al hombre.
La enfermedad es una condición existencial ante la cual el hombre y la sociedad deben responder. Esta actitud ética (de responsabilidad) es la misma que se sustenta en la prevención y el tratamiento de las enfermedades psicosomáticas tan en boga en nuestro tiempo.
La abadesa de Bingen señaló los cuatro principios básicos para el mantenimiento de la salud: el descanso, el ejercicio, una dieta balanceada con períodos de ayuno moderado, y una conducta moral en que las virtudes juegan un papel fundamental. Propone renunciar a un estilo de vida perjudicial que fracture el equilibrio psicofísico y espiritual para vivir de manera sana. Señala para ello la influencia positiva de la Literatura, la Música y la fuerza de la VirtUd en el logro y mantenimiento de de la salud.


Ref: Rafael Renedo, José María Sánchez de Toca, M ARINA GÓMEZ PRIETO


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