sábado, 21 de junio de 2014

TUVE HAMBRE Y ME DISTE DE COMER.


TUVE HAMBRE 
 




Texto del Evangelio (Jn 6,51-58):
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».
 "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él».

 ¡Dichosos los invitados a esta Cena donde acuden los que tienen hambre y sed de Dios!

Pero en nuestro Planeta Tierra hay otras hambres. Mueren millones de personas desnutridas mientras toneladas de alimentos son botados por razones económicas.

Dar de comer al hambriento es una invitación del Señor para compartir nuestro alimento. La comunión es fuerza fraternal, donde nosotros alimentamos al mismo Jesús que toma el lugar del hambriento. 
Él dijo: "Tuve hambre y me diste de beber..ven bendito de mi Padre".
Ejercitémonos en compartir el pan de cada día, en compartirla Palabra de Dios y nuestras palabras de amor.

LA EUCARISTÍA, la comunión, en tu vida ¿se hace compartir?


Nombra otras hambres que padecen nuestros vecinos y nuestra sociedad, que tu puedes aliviar, satisfacer.

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