lunes, 3 de agosto de 2015

PAN DE VIDA



EL MISMO JESÚS SE ENTREGA COMO ALIMENTO
(Jn 6,54- 57 )
Jesús había dicho: "Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.  Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí"..Jesús mira a su  alrededor, en la sinagoga de Cafarnaúm. Estudia los rostros asombrados, y dice la triste verdad: "hay algunos de ustedes que no creen". Es un momento duro; todos guardan silencio y muchos lo abandonan. Jesús entonces se dirije a los Doce: "¿También ustedes quieren abandonarme"? 
Pongámonos en el lugar de los doce. ¿No es acaso lo más triste que ha ocurrido hasta entonces. 
Con Pedro tomemos la palabra: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.  Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios.  

Enseguida, Jesús aclara más su mensaje: "Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.  Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí".

Observo la actitud de los apóstoles. El Espíritu está aquí presente como lo estuvo en la Encarnación...y la Cruz. ¿Qué me  insinúan estos elementos en la imagen?

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