sábado, 29 de septiembre de 2012

SERES LIBRES, ARCÁNGELES




ARCÁNGELES, SERES LIBRES


Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre
Leer  Jn 1,47-51.

Los ángeles están en la gloria celestial, donde alaban perennemente al Hijo del hombre, que es el Hijo de Dios. Lo rodean y están a su servicio.
Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos,  la presencia activa de sus ángeles y la relación que con Él tienen.

Gabriel, Miguel y Rafael, aparecen en la Biblia como presentes en las vicisitudes terrenas y llevando a los hombres —como nos dice san Gregorio el Grande— las comunicaciones, mediante su presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se llaman, precisamente, “arcángeles”, es decir, príncipes de los ángeles, porque son enviados para las más grandes misiones. 


  GABRIEL fue enviado para anunciar a María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de nuestra redención (cf. Lc 1).
  MIGUEL, lucha contra los ángeles rebeldes y los expulsa del cielo (cf. Ap 12). Nos anuncia, así, el misterio de la justicia divina, que también se ejerció en sus ángeles cuando se rebelaron, y nos da la seguridad de su victoria y la nuestra sobre el mal.

  RAFAEL acompaña a Tobías “junior”, lo defiende y lo aconseja y cura finalmente al padre Tobit (cf. Tob). Por esta vía, nos anuncia la presencia de los ángeles junto a cada uno de nosotros: el ángel que llamamos de la Guarda. Tomado del comentario de Jn 1, 47-51 ,del Cardenal Jorge MEJÍA.





La actividad de los Ángeles la conocemos por la Sagrada Escritura, cuales son la adoración y alabanza a Dios y su servicio  como mensajeros divinos a los hombres. 
Se los representa como seres  alados, porque son prontos en cumplir la voz de sus mandatos.




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