miércoles, 10 de julio de 2013

DIOS CLAMA DESDE LOS MÁREGENES



I.      EL LLAMADO DESDE LOS MÁRGENES.  


Acojo el clamor de Dios que me llama desde
escenarios donde la realidad está crucificada.

El término “marginación”, deriva del latín “marginem”, 
que propició la palabra “margen”, frontera, que delimita
lo permisible o aceptable, de lo que escapa a lo aceptable
en lo vivencial, económico, político, ideológico, etc.
La marginación consiste en la separación efectiva de una 
persona, una comunidad, o un sector de la sociedad, 
respecto al trato social; el proceso puede mostrar 
diferentes grados y mecanismos, desde la indiferencia hasta la represión y reclusión geográfica.
La marginación puede ser el efecto de prácticas explícitas
de discriminación, que se aplica principalmente en la 
intolerancia de tipo racial, sexual, étnico, cultural, religiosa
 o ideológica. En la actualidad la marginación cultural 
tiene mucho que ver con el desarrollo personal, 
generalmente asociado con las relaciones sociales.

Marginación y pobreza. A pesar de que estamos en pleno 
siglo XXI, la tasa de pobreza en el mundo 
aumenta consideradamente; la mayor parte de las familias
que están en esta situación no reciben la ayuda
 económica necesaria para vivir dignamente. Las restricciones 
en el acceso a los servicios e ingresos necesarios para tener
 un nivel de vida mínimo que resultan de la exclusión 
social, hacen que exista una alta correlación entre
pobreza y exclusión social.

La marginación más que nada se debe a las formas de 
gobierno de un país, ya que comúnmente quien decide o crea
las oportunidades de trabajo y desarrollo social están dentro
de un paradigma gubernamental.  Los y las menos favorecidos
no tienen el mismo trato ni oportunidad ante el 
trabajo, educación, entre otros… En las clases bajas existe
 una gran desigualdad ante la educación de los niños ya que
 su nivel de educación es mucho más “pobre” e incluso muchos
 no tienen este “privilegio” de poder estudiar.
La pobreza femenina, es decir, la vulnerabilidad de las mujeres
en condiciones precarias y     privaciones, ¿me sorprende?  
¿Cómo acojo este hecho en mi propia vida, en la familia, en
la comunidad? Tengo ojos para ver, voluntad para decidir
y actuar…si es que mi corazón se remece con latidos
de misericordia.
En la lista de marginados/as, muchas veces tengo y reflejo 
rechazo e intolerancia hacia grupos minoritarios, etnias,
religiones, adictos de todo tipo. Reconozco mis rechazos,
los nombro y me digo: "Soy consciente de que margino 
a personas y/o grupos". En mí está el remediarlo.

La exclusión social es un proceso, no una condición; por lo tanto sus fronteras cambian constantemente, y quién es excluido o incluido en el grupo de aislamiento social puede variar con el transcurso del tiempo; dependiendo del grado de educación, las características demográficas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales y las políticas públicas y la acción de particulares en Ongs, Congregaciones, Fundaciones ...

Reflexiono: Qué podría hacer para lograr sacar de la exclusión, sufrimiuento y aislamiento a personas o grupos, aún dentro de la Iglesia. ¿Acciones concretas, oración?

        La Beata M. del Divino Corazón nos dejó esta Oración:

Te ruego Amor Eterno por todas las personas. Déjame derramar tu amor en sus corazones, déjame que acoja misericordiosamente a los pobres, los oprimidos, los que están en peligro, los caídos. Deja que los lleve a todos hacia Ti, a tu Divino Corazón, ¡Oh Buen Pastor! Dame la fuerza para ello en el sacramento de tu amor humano-divino”.




Sueño con una realidad  
que quiero  ayudar a forjar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario