domingo, 18 de septiembre de 2016

MIRAR HACIA ADELANTE



ALCANZAR LA PLENITUD QUE AUN NO POSEEMOS
En el Te Deum de Fiestas Patrias de este año 2016, el cardenal Ezzati abordó el tema de la esperanza, “que invita a mirar hacia adelante”, y expresó que “nos hemos reunido en este lugar sagrado porque nos anima y asiste el anhelo y la voluntad de alcanzar, hoy y en el futuro, esa plenitud que aún no poseemos”.  “la esperanza es lo más urgente que nuestro pueblo necesita, porque la manera como nos situamos ante el futuro, de alguna forma, modela nuestro presente. El futuro repercute en la manera como orientamos nuestra convivencia y la vida social”.

Al considerar nuestras propias actividades presentes, descubrimos en ellas una tensión hacia el futuro: elaboramos proyectos y planificamos políticas; se planean estrategias, se calculan presupuestos, se ensayan previsiones, etcétera, siempre en función del futuro. Gran parte de nuestras actividades están orientadas hacia lo que aún no poseemos, pero que esperamos llegar a poseer...una educación de mayor calidad para todos y, especialmente, para los más carenciados; anhelamos mejorar el mundo laboral ...; acogida e integración para los numerosos inmigrantes y trato justo y fraterno para los pueblos originarios de nuestro país. Aspiramos a que la violencia sea enfrentada y derrotada con clarividencia y honestidad, buscamos una praxis política y empresarial libre de corrupción y, desde lo más profundo de nuestra conciencia de hombres y mujeres que buscan unir fe y razón, esperamos que crezca el debido reconocimiento y respeto al derecho a la vida, desde la concepción a la muerte natural”.

Más adelante, el pastor indicó que la esperanza que anuncia Jesucristo “tiene una realización concreta en la vida cotidiana". 


Comentario


Siguiendo a Jesucristo, el ser humano puede en el mundo de hoy, vivir, obrar, sufrir, morir, de modo auténticamente humano, en la dicha y la desdicha, en la vida y en la muerte, sostenido por Dios y ayudando a los hombres.
Existe un nuevo sentido de la vida y una nueva manera de obrar,  un camino alimentado por la esperanza, basado en la fe y consumado en la caridad. Fe, esperanza, caridad: esta fórmula puede resumir, para un cristiano, el sentido de la vida.

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