domingo, 22 de mayo de 2011

LA POESIA Y LA IMAGEN DE JESÚS BUEN PASTOR.

Los poetas han volcado toda la hermosura y riqueza de nuestra lengua castellana y la profunda herencia cristiana en sus obras literarias siendo la persona de Jesucristo, Buen Pastor, su inspiración. A veces subrayan la idea de la oveja cargada sobre sus hombros, otras la de los silbos amorosos con que nos llama, el cuidado del pastor sobre sus ovejas, la protección y la alimentación; sin que falte la paradoja de que Jesús es al mismo tiempo el Pastor y el pasto (el alimento que se nos ofrece).


A ti me vuelvo, gran Señor, que alzaste,

a costa de tu sangre y de tu vida,

la mísera de Adán primer caída

y adonde él nos perdió, Tú nos cobraste.

A ti, Pastor bendito, que buscaste

de las cien ovejuelas, la perdida

y, hallándola del lobo perseguida,

sobre tus hombros santos te la echaste.

A ti me vuelvo, en mi aflicción amarga

y a ti toca, Señor, el darme ayuda;

que soy cordera de tu aprisco ausente

y temo que a carrera corta o larga,

cuando a mi daño tu favor no acuda

me ha de alcanzar esta infernal serpiente.

(Luis de Góngora y Argote. A la Eucaristía)

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