" El Espíritu Santo se nos ha dado para que sea el espíritu de nuestro espíritu, el corazón de nuestro corazón y el alma de nuestra alma. Para que esté siempre con nosotros y en nosotros, no sólo como en su templo, sino como una parte de su cuerpo, es decir del Cuerpo de Jesucristo, que es suyo, y que debe estar animado por Él..."
Extracto Leccionario eudista. 19, pág. 64.
Extracto Leccionario eudista. 19, pág. 64.
Acojo, contemplo y adoro el don de Dios, que es el Espíritu Santo.
Doy gracias a Jesús por haberlo enviado como Consolador. A Él que es vivificador y re-creador, le pido que me haga disponible para dejarme conducir y abrazar por el fuego de su Amor.
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