sábado, 4 de junio de 2011

El Corazón de Cristo


Jesús nos dice: “Yo quiero la misericordia y no el sacrificio”

(Mt 9,13; cf Os 6,6)

En este mes evocamos el Corazón del Señor, un corazón lleno de misericordia que San Juan Eudes quiso que fuera el nuestro...

Para el pueblo de la Biblia la palabra Misericordia, denota el apego de un ser a otro. Tal sentimiento tiene su sede en el seno materno, en las entrañas. Es un amor, una ternura que se traduce inmediatamente en actos: es un amor que protege desde las entrañas generadoras de vida y es capaz de dar la propia vida. Esta relación que une dos seres, implica fidelidad, firmeza, resolución y está asociada a la Alianza.

Dentro del proyecto de la Alianza, la palabra Misericordia se orienta en tres aspectos inseparables entre sí: Justicia, Solidaridad y Mística.

· Justicia en el nivel de renovación de la sociedad que procura que la convivencia humana sea conforme a la Alianza.

· Solidaridad: nivel de renovación de la comunidad. La comunidad debe tener estructura y organización para acoger a los pobres y luchar contra el empobrecimiento.

· Mística: nivel de renovación de la conciencia de la dignidad como personas. Dios llega cerca del pobre, del marginado, y de toda persona y le dice: “Yo estoy contigo” (Ex 3,7). La conciencia de que Dios está con nosotros, hace renacer a la conciencia personal y al pueblo. Este es el tercer aspecto: renovarse a conciencia a partir de la Mística, a partir de una experiencia liberadora de la presencia de Dios vivo.

No basta implantar la justicia, practicar la solidaridad y la misericordia. Es necesaria la renovación de la conciencia en la certeza de que Dios está con nosotros.

Jesús propone un Nuevo orden, una nueva visión de las cosas: “Yo vine para que todos tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn. 10,10). Libera la vida reprimida y oprimida, vida creada por Dios.

Jesús vivió la misericordia: practicó los 3 niveles de fidelidad a la Alianza: luchó por la justicia, la solidaridad y la mística.

No arrancó el sufrimiento del pueblo; fue solidario con su impotencia y su dolor hasta la muerte y muerte de cruz. En la cruz, su amor es impotente pero creíble.

La buena nueva de Liberación, es que la misericordia creadora de Dios continua en la Resurrección de Jesús y en la nuestra.*

1. Subraya lo que más te impacta del texto.

2. Ora lo que tienes subrayado.

3. Qué te dice, como te cuestiona.

4. Háblale al Corazón del Señor según el texto.

5. Compártelo en comunidad, grupo, familia, amistades.

*Extracto de “Reflexiones sobre la Misericordia” de Hna. Enilde de Paula Pedro; Religiosa del Buen Pastor- Brasil

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